Los blancos recuperan el gusto por el gol

No es menos cierto que los de Gonzalo Arconada han vuelto a mudarse al barrio del fútbol fluido y vertical que esbozaron en las primeras jornadas. Y lo han conseguido poniéndose en las manos de Álex Cruz, que volvió a destilar ayer grandes dosis del enorme fútbol que atesora en sus botas. El canario estuvo de lujo secundado por Quesada, Ortiz, Molina y, sobre todo, Santi Villa. Si el banquillero del Real Jaén logra encontrar sitio al malagueño Cala, que aprovecha los minutos que tiene en las segundas partes para mostrar su clase, el bloque jienense puede deparar grandes tardes.

El Melilla llegaba al coliseo jienense como uno de los visitantes del Grupo IV menos reputados de la competición. Y se esforzó por seguir haciendo méritos. Le cogió de lleno el vendaval blanco. Plagado de problemas institucionales y deportivos, fue de una ternura sonrojante. Lo regaló todo, no tuvo fiereza ni espíritu, le remataron por tierra, mar y aire, de lejos y en el área pequeña. No compareció ayer.

El Real Jaén volvió a tener un inicio plagado de optimismo. Hugo Díaz firmó la primera ocasión con un disparo desde la frontal que acabó en las manos de Dani Barrio. A diferencia de encuentros anteriores, los jienenses mantuvieron el ritmo. Álex Cruz enganchó un balón suelto en el área para anotar el primero de la tarde con un lanzamiento raso. Ocho minutos y primer golpe recibido.

Y a los de Currás no les dio tiempo a adaptarse. Quedaron noqueados poco después, con el segundo obra de Sergio Molina. La visión de juego de Pablo Ortiz tuvo como fruto un cambio en la orientación del juego buscando a Álex Cruz que la puso, medida al primer palo, para la llegada desde atrás de Molina. Fútbol total y los sufridos seguidores blancos disfrutando y degustando, que ya tocaba, fútbol del bueno.

Una de las novedades en el once local estaba en la presencia de Nando. Se le vio especialmente motivado y con una enorme proyección ofensiva. De cabeza, tras centro de Villa, estuvo cerca de firmar el tres a cero en una acción que él mismo había iniciado. Incluso en el segundo periodo provocó el enfado de Álex Cruz al coger el esférico y pedir lanzar una falta al borde del área. Estaba con muchas ganas ayer.

A Fernando Currás no le estaba gustando mucho lo que veía sobre el terreno de juego y a la media hora de partido decidió dar entrada a Plata por Manolo. Como todo lo que es susceptible de empeorar, empeorará, no mejoró el fútbol de su equipo. Así, a falta de cuatro para el descanso, Hugo Díaz, que mereció más suerte, remata en el segundo palo un balón que salva Dani Barrio, el rechace le cae a Santi Villa, que no perdona.

Los blancos se marchaban al descanso desmelenados y con tres tantos, por primera vez esta temporada, a su favor en los primeros 45 minutos. El Melilla no se acercó, ni una sola vez, al portal defendido por Felipe Ramos.

Tras la reanudación, el Melilla salió mucho más animado y pisó el área rival por vez primera. Pero fue un mero espejismo. Plata lo intentó con un disparo que no encontró portería.

El Real Jaén volvió a golpear a su rival. Y lo hizo por mediación de su capitán. Villa se sacó un bello disparo cruzado que fue recompensado con una cálida ovación por parte de la afición jienense. El segundo tanto de su cuenta y el número 16 que celebra en el Nuevo La Victoria. Nadie ha marcado más en el coliseo blanco. Ahí es nada.

Con todo decidido y viento de cola para las ofensivas locales, Arconada decidió mover el banquillo. Entró Cala, dando un merecido respiro a un Óscar Quesada que había arrastrado problemas físicos durante la semana. El malagueño volvió a demostrar que hay pocos futbolistas en la categoría de bronce del fútbol nacional con su golpeo, preciso y sutil al mismo tiempo. Tiene una relación especial con la pelota, sabe cómo tratarla, pero le falta esa pizca y necesaria fortuna. Lanzó dos faltas directas, en la primera el meta Dani se lució para evitar el gol y en la segunda fue el palo el que se interpuso en su objetivo. Con tiempo y paciencia triunfará en el Real Jaén.

Los siguientes en entrar en escena fueron Nuno Silva y Vitu. Hugo Díaz abandonó el terreno de juego ovacionado, pero molesto por no haber logrado marcar. Lleva el gol en las venas.

Llegados a este punto el partido perdió un poco de su rigor táctico y el Melilla pudo anotar el llamado gol del honor. Diego Cascón, que en la previa había declarado que de marcar no lo celebraría, se topó con Felipe Ramos. Después sería sustituido y despedido de forma cariñosa por una afición que no olvida a uno de los héroes del último ascenso a Segunda División. Cascón devolvió los aplausos.

Vitu, que ofreció muestras de estar completamente recuperado, tuvo varias opciones para reencontrarse con el gol. Pero Dani Barrio no estaba ya por la labor. Aunque tuvo que ceder en una pena máxima, por manos en su área, que transformó el mediático portugués, Nuno Silva.

Al final, contundente y merecida victoria de un Real Jaén que tuvo intensidad y gol, pero también posición y circulación. Es el camino para seguir mejorando.

Los jienenses suman 23 puntos en su casillero, solo tres menos que la temporada pasada a estas alturas. Ocupan el puesto octavo a seis del play off, que cierra el Sevilla Atlético. La próxima jornada rinden visita al San Roque de Lepe (sábado, 12 de diciembre, a partir de las 18:00 horas). Un conjunto que es el que más empates ha cosechado (11) hasta la fecha. Se da la circunstancia de que el Real Jaén es el que menos tablas (2) ha firmado.

Una oportunidad para certificar la mejoría y encarar, con la moral alta, el derbi del sábado 19 ante el Linares Deportivo.