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Titulares y suplentes corren a abrazarse tras un tanto clave para el Real Jaén en la tarde de ayer.
El Real Jaén recupera la fe
REAL JAÉN

El Real Jaén recupera la fe

El equipo jienense rompe una racha de siete jornadas sin ganar y sale de los puestos directos de descenso

JOSÉ A. GUTIÉRREZ

Lunes, 27 de marzo 2017, 02:13

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El conjunto blanco vuelve a creer. Hay victorias que tienen un valor muy superior al de los tres puntos que se asignan en el casillero. Triunfos que sirven para recobrar la confianza perdida y para sellar una estrecha comunión con la sufrida parroquia de las gradas.

El Real Jaén logró superar al San Fernando, al que mete también en la quema por eludir el descenso, y logra salir de las cuatro últimas posiciones. Además, el triunfo tiene un sabor especial: la Peña Deportiva 'Castillo de Jaén' había prometido dar un jamón a cada goleador blanco, y ayer anunció su intención de entregar cuatro para Villa, Fede, Mella y Trujillo.

Y eso que el duelo empezaba con malas noticias. El club anunciaba, justo antes del pitido inicial, que Óscar Quesada no formaba parte del once por una contractura en el psoas-ilíaco. El orcerano veía el partido desde el banquillo y Barla apostó por un triángulo en el centro del campo formado por Víctor Andrés, Fede y Álvaro Aguado, que dejaba libertad de movimientos al canterano. Salió el Real Jaén volcado sobre la portería de Salva. Como quien es consciente de que el calendario apura sus últimas oportunidades. Aguado, con un lanzamiento de falta desde la frontal del área, probó fortuna a los cinco minutos.

Los pupilos de José Manuel Barla parecían transformados. Verticales, muy activos y con ganas de encarar y morder en ataque.

Y en el minuto 7 la insistencia tuvo su premio. Vitu, desde la derecha centró al área, y el máximo artillero blanco, el capitán Santi Villa, la cruzó mordida para alojarla en la red. Golpeaba primero el Real Jaén a un San Fernando que había salido demasiado plano Décimo tanto de esta temporada y el número 29 en Segunda B con la camiseta blanca.

Respondió el San Fernando con dos llegadas consecutivas que no encontraron rematador pero que pusieron en apuros a la zaga local.

La alegría duró en la casa blanca lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio. Los blancos volvieron a mostrar sus vergüenzas atrás y permitieron a Dani Martínez recoger el esférico en el área, rematar sin oposición y el balón, para más saña, entró en la portería tras tocar, con suspense, el palo izquierdo de la portería de Felipe Ramos. Partido nuevo.

Cuando las dinámicas son negativas, la tostada siempre suele caer del lado de la mantequilla. Sucedió en la acción del tanto del empate y también en las decisiones que dependieron de los colegiados. Los blancos reclamaron varias acciones en el área local y un dudoso fuera de juego de Vitu, cuando se marchaba solo ante Salva.

Carralero fue una pesadilla para la defensa jienense y el Real Jaén perdió, en la recta final del primer round, el brío y la fluidez con la que había iniciado el encuentro.

La ansiedad por los resultados llena el fútbol de miedo e inseguridades y acaba por limitar la capacidad creativa de los peloteros, hasta de los que destilan clase por sus botas. El Real Jaén vive acuciado por la urgencia que marca la tabla clasificatoria. Y por momentos esta necesidad se trasladó a su fútbol.

Segundo round

Tras el descanso Barla dio entrada a Trujillo y dejó en la caseta a Ordóñez, muy incisivo por su banda durante los primeros 45 minutos.

Vitu no estuvo preciso en la definición en un mano a mano ante Salva que acabó en saque de esquina. El córner lo botó Santi Villa, Vitu la puso de primera con el pie y Fede la remachó a la red. Si fue una jugada ensayada, sobresaliente en la ejecución. En la acción anterior había marrado una también clara, el San Fernando.

La grada se animaba, no en vano esta temporada las alegrías son contadas, y se coreaba el socorrido «¡Sí se puede, sí se puede!». El San Fernando se estaba mostrando como un bloque muy endeble en tareas defensivas. Y el Real Jaén se estaba aprovechando. En ataque se transformaba, Espinar remató de volea, dentro del área, por encima del larguero.

Santi Villa lo intentó con un disparo desde la frontal que no encontró portería. Quedaban 30 minutos para el final y tocaba sufrir. El San Fernando dio un paso al frente, se apoderó del balón y la sociedad formada por Dani Martínez y Carralero, sobre todo por banda izquierda, creaba mucho peligro.

El acoso y derribo del San Fernando fue, por momentos angustioso. Aguado dejó su sitio en el campo a Adrián. Canterano por canterano. Para Adrián Ruiz era su debut en Segunda B, aunque ya había actuado con el primer equipo en Copa Diputación.

El partido pasó a jugarse, de forma exclusiva, en el campo blanco. Los jienenses intentaban sacudirse la presión con balones largos buscando a Vitu, pero sin precisión.

En el minuto 75 Zelu se marchó de todos los adversarios que encontró en su camino y puso un medido centro al área que remachó Carralero a placer.

El miedo a perder el botín conseguido penalizó a un Real Jaén partido por el medio y que había perdido su capacidad para hacer daño.

El público se puso en pie para despedir al linarense Santi Villa, que dejaba su sitio en el verde al delantero Joserra.

Vitu, más por garra que por fútbol elaborado, ganó una pelota y sacó un disparo lejano que detuvo bien colocado Salva.

Pero hay que creer, «¡hasta el final, vamos Real!». Y ahí apareció la garra, y la clase, de Joserra para sacar una acción de peligro de donde la mayoría sólo ven un lío y una jugada embarullada. Se marchó de un enjambre de rojillos y encontró a Rafa Mella, que desde la frontal cruzó con acierto el esférico para volver a poner por delante a los jienenses. La gente disfrutaba de su equipo y hacía mucho tiempo que no se podía permitir ese lujo.

El gol llegó en el mejor momento, cuando más tocado estaba el equipo desde el punto de vista mental y acusando el desgaste físico del duelo. Incluso Vitu pudo, de cabeza, sentenciar el partido, pero no llegó a conectar con la pelota.

El delirio en las gradas de La Victoria aconteció con el cuarto tanto, obra de Trujillo. La imagen del partido se captó tras ese tanto, con los futbolistas fundidos en la banda en un multitudinario abrazo. Quedan siete jornadas para no dejar de creer.

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