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Mejoría sin dejar la UCI
LA CRÓNICA

Mejoría sin dejar la UCI

El gran esfuerzo y el buen juego de equipo realizado por el Real Jaén ante la UD Melilla mereció mejor recompensa que el empate a cero

JOSÉ ANTONIO GUTIÉRREZ

Lunes, 13 de marzo 2017, 01:17

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Con las ganas no es suficiente. El Real Jaén no tiene pegada, no ha logrado marcar en sus tres últimos compromisos en el Nuevo La Victoria, y pese a que ante la UD Melilla derrochó ganas y compromiso el esfuerzo sólo le dio para sumar un punto. Sin goles no hay alegrías ni puntos en el casillero y así se hace muy complicado salir de los puestos de descenso.

Con todo, la buena imagen destilada ayer debería servir como punto de inflexión para provocar un cambio de dinámica. El conjunto blanco, como su sufrida afición, necesita una esperanza a la que aferrarse. Porque el panorama, tanto en lo deportivo como en lo institucional, está muy negro.

'Jaén nunca se rinde' reza en una de los lemas más carismáticos de este club. Y ayer la plantilla dirigida por Ramón Tejada tradujo esa consigna sobre el verde. Lucha, entrega y corazón, para que la llama blanca y morada no se apague. Y el poco público que asistió al coliseo jienense lo agradeció con una cerrada ovación al final de cada periodo.

Así, la primera ocasión fue para los blancos. Sergio Molina bajó con la testa un balón en el área y habilitó a Rafa Mella que se plantaba sólo ante Dani Barrio. El disparo lo detuvo el meta de la UD Melilla en dos tiempos. Era un buen comienzo.

Al final no pudo entrar Víctor Andrés, que arrastraba molestias, en la convocatoria pero sí Óscar Quesada, recuperado de sus problemas cervicales. En el eje de la defensa volvía, tras su sanción, Álex Carmona. Un regreso necesario después de la marcha, esta semana, de Diego Bardanca al fútbol finlandés.

Los blancos habían salido bien posicionados y con ánimo ofensivo. Fede ganó el balón en banda y acabó la jugada con un disparo que no encontró portería. Quería morder el Real Jaén, pero no tenía afiladas las fauces.

Santi Villa la enganchó, de volea, demasiado cruzada. La grada se animaba con las ganas que ponía su equipo y los aficionados coreaban «¡Hitos vete ya!». Aunque en realidad el presidente no había aparecido en el palco por segunda jornada consecutiva. Por vez primera, las críticas dejaban de ser patrimonio exclusivo del técnico antequerano y los dardos de la afición empezaban a apuntar hacia los propietarios del club.

Se jugaba mayoritariamente en campo visitante. Un dominio que no se traducía en claras ocasiones de gol.

En el fondo ocupado por los seguidores del grupo de animación 'Orgullo Lagarto' se desplegaron durante el encuentro multitud de pancartas, con mensajes contundentes. En las dos primeras se podía leer: 'Si tocan al Real Jaén nos tocan a todos'.

Quesada rompió desde atrás, cedió por la derecha a David Ordóñez y su centro lo remató en el área el propio jugador orcerano, pero se volvió a encontrar con el meta visitante. Y a renglón seguido, Sergio Molina disfrutó de dos lanzamientos con mucha intención. El jugador orcerano parece el único con gol, sobre todo en su testa, y el malagueño es el pelotero que aporta esa necesaria capacidad de desequilibrio en las zagas rivales. Pero el Real Jaén necesita más del resto.

Hasta el minuto 28 no presentó sus credenciales el Melilla. En una contra Nacho Aznar se plantó en el área ante Felipe pero no pudo finalizarla. Los pupilos dirigidos por Josu Uribe se estaban animando. El cetro de Jilmar lo remató por encima del larguero Santi Luque.

En la recta final del primer round el encuentro perdió intensidad y ritmo. Ambas escuadras se tomaron un respiro. Una tregua que casi se rompe en la última acción en la que Santi Villa remató ligeramente desviado tras un saque de esquina.

Segundo round

Tras la reanudación los blancos repitieron el arranque efusivo, acumulando varias llegadas sobre el portal de Barrio. Pero seguía faltando pegada para asestar un golpe mortal a un rival que, no hay que olvidar, pelea por los cotizados puestos de privilegio del Grupo IV.

Una contra, iniciada por Fede, finalizó con un centro de Sergio Molina al que no llegó el jugador argentino.

Jairo se había disfrazado de puñal por ambas bandas. Un pelotero con clase, que destila fútbol y capacidad de desborde por sus botas. Una contra suya acabó con un balón al segundo palo al que llegó Santi Luque y el esférico se perdió rozando el palo.

El Melilla empezaba a ver clara la posibilidad de hacerse con los tres puntos. Y su técnico empezó a mover el banquillo. Imprimió una velocidad más al ritmo del partido.

En el 62, Tejada realizó un doble cambio. Entraron en escena Trujillo y Vitu por Rafa Mella, que tenía una amarilla, y Fede. Oxígeno para el ataque jienense.

El partido se sacudió su rígido corsé táctico. Y se sucedió un trepidante intercambio de golpes. Ahí apareció, como siempre, la figura agigantada del meta Felipe Ramos para detener un disparo de Nacho Aznar. Y a renglón seguido fue el palo el que evitó el tanto de Jairo. Antes una contra de Trujillo, que buscaba a Vitu, la interceptó Barrio. Cualquiera podía ganar. Pero ambos se quedaron en el intento.

'Sánchez, Teruel e Hitos, personas non gratas' era ahora el mensaje, directo, de Orgullo Lagarto.

Jienense por jienense. En el 75, Óscar Quesada, muy aplaudido por la parroquia local, dejó su sitio en el campo al canterano Álvaro Aguado.

La UD Melilla marca poco (29) sólo uno más que el Real Jaén CF pero es el menos goleado del grupo (18 tantos en contra). Con esos ingredientes y la falta de gol de los blancos, todo apuntaba a un empate a cero.

En arreones de furia el Real Jaén creaba peligro, pero las jugadas no encontraban rematador.

'No permitiremos engendros, sólo Real Jaén CF', 'Un euro vale tu vida' y un amenazante: 'Si el Real Jaén muere los culpables no saldrán impunes' eran la siguiente tanda de mensajes.

Sobre el verde hubo insistencia, pero sin premio ni goles al final.

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