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La gran pancarta pidiendo ayuda para el Real Jaén apareció de nuevo en La Victoria, que pierde espectadores conforme avanza el campeonato.
El Real Jaén entra en la UCI
REAL JAÉN

El Real Jaén entra en la UCI

El Real Jaén volvió a perder en casa, por segunda semana consecutiva, y cae a puestos directos de descenso a Tercera División

JOSÉ ANTONIO GUTIÉRREZ

Lunes, 27 de febrero 2017, 00:35

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Este Real Jaén lleva varias temporadas sobreviviendo hasta que parece empezar a quedarse sin aire y ha comenzado a tener serias dificultades para respirar. En lo deportivo e institucional, que pocas veces van tan unidos en un club de fútbol. La derrota de ayer (0-1) ante el Mérida AD deja en coma a un equipo que cae a puestos de descenso al infierno de la Tercera División. La entidad emite un desesperado y angustioso SOS, pero para ayer, porque después puede ser tarde. El Real Jaén volvió a perder en casa, por segunda semana consecutiva. Un tanto del ex blanco, Hugo Díaz, que la pasada temporada abandonó la disciplina jienense por los problemas económicos que vivía la entidad, sirvió para que el Mérida se llevara los tres puntos y se coloque como cuarto clasificado del Grupo IV. Curiosidades del destino y de este deporte, cuando ambos equipos se enfrentaron en la primera vuelta el Mérida era penúltimo.

Los locales saltaron al terreno de juego con ganas y mostrando orden táctico. Pero no aportaran nada más a la causa. Poco bagaje para un conjunto frágil al que va a costar mucho recuperar. Está herido, pero no muerto, quedan 33 puntos por disputarse y hay que seguir luchando. Lo más preocupante es su estado anímico, bajo mínimos. Se están rompiendo todos los diques de contención y la marea empieza a llegar al cuello. El descenso a los infiernos sería la sentencia para un club casi centenario y con múltiples achaques institucionales y económicos. Y hay otro problema añadido, los de atrás vienen pisando muy fuerte y amenazan con pasar por encima de quien se duerma.

Con el paso de los minutos se volvió a ver a un bloque que actúa excesivamente nervioso, atenazado y por ahí llegan las imprecisiones que aprovecha el rival. Además, carece de gol. El problema no es que no marque, que también, son escasas sus llegadas al área rival. Contabiliza tres jornadas sin celebrar un gol y sus últimos tantos han sido de falta directa (Sergio Molina en el empate a uno en Mancha Real) y de penalti (Santi Villa y Sergio Molina en el triunfo en casa ante el Córdoba B). El último tanto en jugada lo marcó Mikel Orbegozo, que se marchó en el mercado invernal, en la derrota en el derbi ante el Linares del pasado 22 de enero.

Así, al Mérida le bastó con firmar un partido correcto, sin forzar la máquina para llevarse los tres puntos en juego. Un bloque equilibrado y adulto, en contraposición al quiero y no puedo de los blancos. No se sintió exigido en ningún momento.

Ramón Tejada, que está sufriendo una campaña de acoso y derribo, no pudo sentarse en el banquillo por su expulsión de la jornada anterior. Volvieron las pancartas y los cánticos pidiendo su marcha, y los alrededores del Nuevo La Victoria aparecieron 'empapelados' con el rostro del técnico antequerano tachado por una cruz y un texto en el que se podía leer: «Tejada vete ya».

El entrenador del Real Jaén repitió el once del pasado domingo ante La Roda. No pudieron ir convocados los sancionados Adri y Álex Carmona, como tampoco el canterano Álvaro Aguado, con un derrame en el ojo derecho tras un balonazo en el entrenamiento del pasado jueves, y Víctor Andrés, que no pudo superar sus molestias. Problemas que vienen a sumarse al escaso fondo de armario de la plantilla.

En las filas del Mérida, su técnico Eloy Jiménez, alineó de inicio a tres de los peloteros con pasado jienense: Paco Aguza, Óscar Rico y Hugo Díaz. Diego Cascón actuaría en la segunda mitad.

En el primer round, los locales, a los puntos merecieron algo más. Tras un saque de esquina, el orcerano Óscar Quesada se topa, de cabeza, con el travesaño de la portería rival y en el rechace Sergio Molina, con pierna derecha, manda el esférico muy cerca del palo izquierdo de la portería romana. Quesada, mientras le duró la gasolina, fue el pelotero más destacado de su equipo, tanto a la hora de poner en jaque a la portería rival como en su función de cortafuegos en la medular.

El Mérida estaba ofreciendo muy poco en ataque. Iba madurando el choque, con la certeza del cazador que sabe que acabará apareciendo la oportunidad para asestar un golpe mortal a su rival.

Hugo Díaz dio muestras de su olfato y su velocidad en una acción en la que, escorado a la izquierda, ganó la espalda a la defensa local y obligó a Felipe Ramos a lucirse para enviar el balón a córner.

Sin goles se llegó al descanso. Y ahí es donde el Mérida AD dio un paso al frente que no encontró respuesta en un Real Jaén espeso y que adolece de pegada.

Santi Villa lo intentaba con una falta directa desde la frontal, sin fortuna. El balón se perdía por encima del larguero. Molina tampoco logró dirigir el balón entre los tres palos de la portería rival con un disparo lejano.

Gol de Hugo Díaz

Pero en el minuto 63 el Mérida asestó un golpe mortal. Hugo Rodríguez logró asistir en el área a Hugo Díaz, quien tras dar una clase magistral de cómo controlar el esférico con el pecho y orientarse hacia la portería rival, firmó un certero disparo cruzado ante el que nada pudo hacer Felipe Ramos. Hugo no quiso celebrarlo. La maldición de los ex volvía a pasear por el coliseo blanco. Tocaba remontar y medir la capacidad de reacción de los locales.

Pudo empatar el Real Jaén a los pocos minutos. Como no a balón parado. Molina botó una falta desde la izquierda y Óscar Quesada volvió a ganar la mano en el juego aéreo, pero su disparo lo salvó Bernabéu, gran actuación la suya en ausencia del meta titular por sanción.

En el minuto 71, Barla ordenó la entrada de Trujillo y Vitu por Quesada y Mella. Pero los cambios no tuvieron el efecto positivo deseado. El Real Jaén se fue apagando y apenas inquietó la portería rival. También entró Joserra por Fede.

Lo cierto es que los locales buscaban el gol, pero sin una idea que les condujera al éxito y acababan atropellados por su ansiedad.

Incluso fue el Mérida el que pudo sentenciar el choque con un lanzamiento de falta directa de Óscar Rico, que salvó Felipe Ramos y en una acción de David Álvarez, tras un pase de Diego Cascón, en la que el meta jienense tapó todos los huecos con su cuerpo. El 'santo' blanco sigue salvando a los suyos.

Para este Real Jaén, cada victoria es una conquista y hasta rescatar un punto resulta una empresa de altura. La derrota de ayer quizá sólo sea una consecuencia lógica a tan alarmante ausencia de juego y a la deriva institucional de una entidad herida de muerte.

Al final un nuevo tropiezo, que deja al equipo con 28 puntos cuarto por la cola. Sólo cinco puntos en una pésima segunda vuelta.

Lo cierto es que este Real Jaén se hunde. Ha entrado en un coma profundo que amenaza con poner punto y final a su mala-malísima salud de hierro. La hinchada, presa de la irritación y la fatiga, asiste atónita a un espectáculo esperpéntico convertido en una lenta y cruel agonía.

Toca seguir remando, no queda otra. La próxima semana (domingo, a partir de las 17:00 horas) en el feudo, nada más y nada menos, que del líder, La Hoya Lorca.

Y todo esto en una semana en la que el ruido institucional volverá a eclipsar lo deportivo. Hay que apagar, de una vez por todas, la sangría del supuesto relevo en el principal paquete accionarial, o de lo contrario la entidad jienense puede acabar por firmar su defunción. Si no se van apagando algunos fuegos, no habrá solución posible.

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