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Dulce debut. El Real Jaén arranca con buen pie la temporada.
Arconada empieza con flor
REAL JAÉN | LA CRÓNICA

Arconada empieza con flor

Un doblete del capitán Santi Villa coloca co-líder al Real Jaén ante una Balona que pagó caro sus regalos en La Victoria, que disfrutó de la comunión con el equipo y acabó con la maldición de los debut ligueros

Miguel Ángel Contreras

Sábado, 22 de agosto 2015, 22:56

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'La buena suerte libra a muchos del castigo, pero a nadie del miedo'; y los que estuvieron ayer en La Victoria pueden dar fe de ello. El Real Jaén encarnó el pensamiento atribuido a Séneca en su debut liguero frente a una Balompédica Linense que se disparó en el pie en el coliseo blanco. Con saña. Regaló un gol y perdonó otros tantos. Y el fútbol son goles. De ello se aprovechó un plantel jienense que dejó algunas certezas y varias incertidumbres, con mucho que crecer (lógicamente) aún; lo mejor es que siempre es más fácil hacerlo regado con sonrisas, aplausos y puntos en la saca. Arconada ha empezado con flor.

Y con un capitán que anoche se mostró también en estado de gracia cara a puerta. 'Santo' Villa. El ejemplar veterano linarense dio los tres puntos con un tanto en la primera ocasión clara de los jienenses y otro de bella factura que cerraba el choque en el descuento. Incombustible.

Se rompió la maldición del debut (tres triunfos en los últimos catorce ligueros con el de ayer) y se recuperó además la comunión grada-césped, el sacrificio como bandera, que tanto se echó de menos el pasado ejercicio. Todos a una y correr más que el rival como primer mandamiento; luego conviene hacerlo además con más sentido.

Sobre el césped el técnico guipuzcoano puso un once con cinco jienenses (Vitu, Sutil, Santi Villa, Pablo Ortiz y Antonio Moreno), sorprendente a priori en los últimos casos. Hay competencia en el plantel. Todo ello en torno a la idea de un fútbol asociativo que no llegó a cuajar, con Vitu como referencia. No terminó de cogerle el pulso al partido, pero supo jugar sus bazas. Con el encuentro espeso, cargado de imprecisiones y sin apenas llegadas, Villa aprovechó un doble regalo para encarrilar el duelo. Del rival y de su compañero.

El primer gol de la temporada lo rubricó él, pero contó con colaboradores de excepción. Primero de la zaga de La Balona, que no acertó a despejar un balón delicado en el área y después de Sergio Molina, generoso en su pase de la muerte. El zurdo recogió el cuero con lazo y lo envió raso a la red de Mateo.

Molina se pareció más al de la pasada primera vuelta que al de la segunda, lo que es una fantástica noticia.

Roja y sentencia

La escuadra de La Línea se mantuvo en pie pese al tiro, con Juampe como principal estilete, habilidoso y completo en su juego, con y sin balón. Perdió el Real Jaén la batalla en el centro del campo.

Sutil dejó detalles de su gran calidad aunque le falta aún ritmo y asegurar el pase en una posición más delicada. En la segunda mitad acabó entrando Cala para apuntalar esa zona. Lo hizo por Nuno Silva, que despunta en ataque, pero al que le costó fajarse en la función defensiva. La zaga en cambio, que en pretemporada por su juventud ha generado dudas, se mostró más sólida de lo esperado. Para cuando esta hizo aguas emergió Adri. El espigado portero, titular por la baja de Felipe Ramos, contó con un puñado de intervenciones de mérito, alguna salvadora. Puede haber más duelo ahí del esperado también.

Tras el paso por vestuarios llegaron los momentos más complicados para los locales. La Balona empujó y tuvo la igualada antes de la hora de partido. Sin portero, había salido, el lanzamiento desde el área pequeña del atacante visitante se estrelló en el defensa blanco que estaba bajo palos con el rosario en la mano y el rechace le cayó al meta en las suyas. Una jugada de carambola. Agua para el jardín blanco.

Entró Hugo Díaz entonces, el que podría considerarse fichaje estrella de esta temporada, por Vitu, aplaudido el voluntarioso jienense. Lo hizo como un trueno. Al minuto de salir el delantero, que lleva desde el martes entrenando con el Real Jaén, tuvo una doble oportunidad en la que hizo gala de picardía, velocidad y también calidad, faltándole un poco de aplomo o de oxígeno al final para superar al meta Mateo.

Se estiró el Real Jaén y redescubrió al cancerbero de La Balona. Pidió un penalti y sacó la segunda amarilla de Manu Palancar. Con un jugador más supo tirar de oficio, no arriesgar y se encomendó a las contras para matar el partido.

Con Díaz en el frente de ataque había ganado mordiente además. La sentencia se hizo esperar, pero llegó. En el descuento Cala sirvió un gran centro al segundo palo que Villa remachó sin dejar caer el esférico a la red. La Victoria explotó, quién dijo miedo.

Co-líderes para empezar con confianza y con tres puntos de oro para ir edificando algo más grande. Con o sin suerte.

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