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Los 'pecados' capitales del Real Jaén

Los 'pecados' capitales del Real Jaén
  • Faltando más de un mes sus opciones son ya mínimas, a seis puntos del play off y a ocho de la promoción de descenso a falta de quince

Del sueño del ascenso a un final de pesadilla. Todavía existen matemáticamente posibilidades de que el Real Jaén juegue la promoción de ascenso, a lo que se agarra el vestuario, «mientras hay vida hay esperanza», aunque los propios jugadores admiten que la opciones son remotas. Como profesionales su objetivo es ganar a El Palo el domingo y buscar un improbable pleno de victorias en los cinco partidos que restan para seguir aspirando a la fase de ascenso. La realidad, y hasta el técnico Rafael Berges reconoce que no se pueden vender ya películas a la afición, es que lo más probable es que se consume el desastre y el Real Jaén ni siquiera esté entre los cuatro mejores del Grupo IV, entre los dieciséis de la categoría que lucharán por subir a la Liga Adelante. El objetivo realista hoy por hoy es finalizar entre los siete primeros y asegurar la disputa de la Copa del Rey la próxima temporada.

Un fracaso sin paliativos para el segundo presupuesto de su liga y uno de los mayores de Segunda B, recién descendido del fútbol profesional y por ello con una ayuda de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) de seiscientos mil euros que ya no tendrá la próxima campaña. Desde la temporada 2008-09 el Real Jaén había jugado siempre el play off salvo el curso pasado por estar en Segunda A y en el ejercicio 2010-11 (el de las penurias, en el que no había luz ni agua ni esparadrapo y los jugadores llegaron a vender papeletas para poder comer en algún caso). Justo ese año Rafael Teruel se convirtió en accionista mayoritario. Salvo el descenso de la pasada temporada lo deportivo solo le había traído alegrías hasta ahora, su momento más áspero en este sentido (en lo económico la plantilla está al día en los pagos).

Pitado al inicio del encuentro de anteayer en la entrega de la camiseta al centenario Óscar Quesada a pie de césped y al sentarse en el palco (la decisión de declarar Día del club el encuentro y pagar por ende todos los abonados no le ayudó) no bajó en el descanso a entregar la placa a la Federación de peñas, haciéndolo el vicepresidente Manuel Peñalver.

Los blancos son octavos con 46 puntos a ocho del tercero, el Almería B, y a seis del cuarto, la Balompédica Linense. Necesitaría prácticamente un pleno en los cinco choques que quedan y que se dejen puntos la Balompédica Linense (52), Villanovense (51), Granada B (50) y Melilla (49), todos por delante. El descenso directo, en cambio, está a nueve puntos y la promoción a Tercera a ocho.

Cerca de consumarse la debacle toca analizar causas y responsabilidades, aprender de los errores. Estos son algunos de los que han lastrado una campaña que comenzó de un modo ilusionante y que tiene a un favorito a todo, faltando más de un mes, prácticamente sin aspiración alguna.

Arrastrando el pasado

Descenso traumático

Lo apuntaba Nando hace unos días: «cuando comentaban lo difíciles que son los años después de un descenso yo decía por qué, si tenemos buen equipo; ahora me doy cuenta de por qué». En ninguna de las temporadas siguientes a los anteriores descensos el Real Jaén ha jugado promoción, terminando en mitad de la tabla. También el técnico Rafael Berges, que lo vivió en la grada como espectador, lo ha indicado:«todavía sale en cualquier conversación con los jugadores que estuvieron aquí el año pasado, fue muy duro». Realmente lo fue. Bajar en casa en el descuento del último partido de una larga liga de 42 jornadas, en un partido que ganabas faltando minutos para el final, es traumático. La permanencia se vio además en la mano pronto bastando con vencer un partido de los últimos cinco, pero ni uno se ganó. Tirando de estadísticas queda claro que subir es más complicado que mantenerse. Once años tardó el Real Jaén en conseguirlo y once meses en perderlo. No se explica lo ocurrido esta campaña sin ello. La temporada ha sido una larga resaca del descenso.

Sin 'purga' de culpas

Con los mismos

Salvo el técnico Manolo Herrero nadie más pareció responsabilizarse de la pérdida de categoría. Tras un palo tan duro conviene abrir las ventanas. Continuó el presidente y su directiva y el director deportivo, que no solo seguía sino que ampliaba sus funciones como primer entrenador. La afición no lo entendió y pareció señalar a J. J. Aybar. Desde el principio el listón estuvo muy alto para él. Y más que se le iba a poner con el mensaje lanzado por Teruel.

Un listón estratosférico

Ascenso y de primero

La temporada empezó viciada por la dureza del descenso, no superado en ningún momento, y desde la presidencia se intentó amortiguar con aquellas declaraciones optimistas en demasía y que han sido una losa toda la temporada. «El objetivo es ser primeros y ascender. No hay límite para fichar, queremos la mejor plantilla de la categoría». Como si no existiera el Cádiz ni el balón tuviera sus propias leyes. Lógicas para levantar el ánimo y atraer a los seguidores, pero más presión para la plantilla y el cuerpo técnico, al que no sentaron nada bien. Un ‘boomerang’ envenenado. Las matizó después y ya con la temporada avanzada ha reconocido Teruel que quizá se equivocó y pedido perdón. Pero el daño estaba hecho. Gran parte de la afición se lo creyó como si de un genio de la lámpara fuera y en el fútbol dos más dos siempre dieran cuatro. Más de cuatro mil socios, su récord absoluto en la categoría y el que más del Grupo IV tras el Cádiz. Un arma de doble filo si el balón no entraba mucho y pronto.

Exigencia irracional

Pitados siendo segundos

Y no lo hizo, o no tanto como esperaba el graderío acostumbrado a un juego efectivo y bello en los últimos ejercicios, comandados por Jozabed y Juanma Espinosa en el medio campo el año anterior. Un lujo. La exigencia fue brutal hacia el plantel y el banquillo, que llegó a ser pitado en La Victoria en los primeros minutos estando segundo en la tabla y con empate en el electrónico. La presión jugó en contra del equipo y acabó por consumir a Aybar.

La confección de la plantilla

Con carencias y sin cuajar en equipo

Pese a la innegable influencia de todo lo externo al final los que juegan, marcan y fallan, además de ejecutar mejor o peor el plan del entrenador, son los jugadores. Y en los campeonatos largos mandan las plantillas. La del Real Jaén, hombre por hombre, es sin duda una de las mejores de la liga, pero no ha terminado de funcionar como grupo ni como equipo. Además y pese a todo, tiene carencias notables. Posiciones como la del central que debía acompañar a José Cruz han bailado toda la campaña y se ha echado en falta un organizador. Armando, que se fue para Murcia al final del mercado estival de un modo raro (triste por estar lejos de casa), parecía el pelotero llamado a llevar la manija del equipo. Se firmó a Sergio Molina, gran futbolista, pero otra cosa.

Así mismo, se anunció a bombo y platillo que se renovaba a la columna vertebral de Segunda A, pese a que la mayoría de titulares se marcharon, cuatro de ellos al Cádiz, rival directo. Algunos además de los que continuaron fueron importantes en el año del ascenso, pero ya no son esos jugadores.

Mercado invernal

Desaprovechada la bala

Para tapar estos posibles desequilibrios se apuntó al mercado invernal, señalando de nuevo que pese a las limitaciones económicas se haría un esfuerzo para mejorar el nivel y dar un salto de calidad. Solo llegó un fichaje, Borja Prieto, y salió el jienense y canterano Mario Martos, a la postre ‘verdugo’ blanco en el partido de anteayer. También se dio de alta a Álex Cruz, muy válido desde su reaparición, pero se perdió al lesionado Urko Arroyo, fichaje estrella en verano. Destituido Aybar no había director deportivo como tal en el club y pasaron las semanas sin movimientos.

Cambio de técnico sin cambio

Peores resultados

El ambiente llegó a estar tan viciado que Teruel terminó cesando a Aybar tras el 0-3 ante el Villanovense con La Victoria pidiendo su cabeza. El Real Jaén había estado casi todas las jornadas en play off y salía después de muchas de él, quinto a un punto del cuarto y nueve del líder. Hoy está a seis y veintiuno respectivamente. El cambio de técnico no ha sido el revulsivo esperado. Berges, con experiencia en la élite como futbolista y madera de buen técnico, ha hecho lo posible, pero no ha funcionado. El equipo era un traje a medida hecho por y para Aybar. Sus números han sido manifiestamente mejores que los del cordobés.

Cuatro entrenadores ha tenido en total en nómina el Real Jaén esta temporada, contando además de a los dos al segundo técnico de Berges, Rafael Sánchez, y al nuevo director deportivo, Ramón Tejada.

Irregularidad

Nunca más de dos triunfos seguidos

Ha sido la tónica de la temporada y lo que finalmente ha terminado de condenarlo. El equipo pasó de ser el más goleador al menos goleado. De costarle ganar en casa al inicio a ser un visitante desastroso en la segunda vuelta. Jamás ha ganado más de dos partidos seguidos. Desde noviembre se ha pregonado al necesidad de encadenar victorias, de una racha que cambiara la dinámica y empujara a lo más alto al equipo. Y no ha llegado. Si quiere al menos mantenerse en pie hasta el final tendrá que lograrla ahora.