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Montero vuelve a sonreír

Montero vuelve a sonreír
  • El pichichi blanco marcó su décimo gol en el 94 tras querer lanzar antes el penalti y buscarlo con ahínco y acaba con una sequía de tres meses

La pugna por lanzar el penalti evidenciaba su avidez de gol. Molina era el primer lanzador y andaba fuera ya; así que la cosa estaba entre Sutil y él. Ganó el jienense el duelo de valientes («los dos han tenido los huevos para querer tirarlo», zanjó Berges sobre la discusión entre ambos), marcó y él se acercó a celebrarlo, marchándose al medio campo con Miranda convenciéndole y asintiendo «ya, ya, pero…». Tocaba seguir buscando el gol, la razón de existir de un nueve. Pasados cuatro minutos sobre el tiempo reglamentario, con el colegiado mojándose los labios para agarrar el silbato, persiguió el cuero con ahínco, lo controló yéndose hasta línea de fondo y emulando el célebre ‘Aguanís’ de Raúl hacia dentro de derecha a izquierda dribló al defensa y chutó con la zurda. No excesivamente fuerte, pero el balón se le traspapeló al cancerbero del Sevilla Atlético como si atravesara la típica racha en la que entra todo y no una aciaga, colándose en la meta con intriga. Gol y final (del partido y de los ‘fantasmas’). Los delanteros viven de ello y Álvaro Montero (Madrid, 1989) llevaba demasiado tiempo con hambre.

Era su primer tanto de 2015. Clave por lo que aportó al juego y por sus goles en la primera vuelta la influencia del pichichi blanco en la segunda mitad del campeonato ha menguado tanto que hasta ha salido del once titular, con problemas físicos a menudo. Comenzó la liga como un tiro, recuperado de la lesión muscular que le cortó las alas en Segunda A, después de fichar en invierno pagando al Zamora más de veinte mil euros de su cláusula de rescisión para cumplir el sueño de jugar en el fútbol profesional. Renovó en verano pese al descenso y llegó a Navidad con nueve dianas en su haber y un gran cartel. Marcó de hecho el último gol del año del Real Jaén, en Cartagena, en el partido que cerró 2014, jornada 18. Pugnaba con Jona por el pichichi de la liga (hogaño 17 dianas el exblanco del Cádiz).

En ese momento su caché se disparó, seguido por jugadores de la Liga Adelante, que llegaron a mostrar interés por él. El club tuvo que remitir entonces a su cláusula de rescisión (250.000 euros), sin plantearse negociar por el que era su jugador estandarte, el que mejor primera vuelta había completado junto a Sergio Molina.

Después del parón no volvió a ser el mismo. Algunos problemas físicos, la caída de Aybar, adaptarse a la filosofía de Berges y un bajón de forma lastraron su aportación, muy por debajo de su nivel. Se difuminó.

«He tenido partidos en los que no he estado a mi mejor nivel, soy consciente. No hay excusas, soy autoexigente y crítico. Haciendo caso a mis técnicos he vuelto a encontrar mi rutina de trabajo. Intento estar al mejor nivel siempre», admitía el espigado delantero de más de 1,90 metros hace tan solo unas semanas.

Anteayer, trece jornadas después, volvió a celebrar. Y a sonreír. El Real Jaén necesita de su aportación en la recta final para aspirar al play off. «A la afición poco le puedo decir. Sólo que el equipo se deja la piel cada semana y que su preocupación es la nuestra. Vamos a trabajar aún más, sabemos lo que se espera de nosotros y no vamos a parar hasta llegar a nuestra meta», señalaba el madrileño, que ha visto puerta ante el Villanovense (Jornada 1, 1-1); Betis B (Jornada 3, 0-2); dos al Arroyo (Jornada 5, dos goles, 5-0); Granada B (Jornada 7, 3-1); dos a la Balompédica Linense (Jornada 16, 1-2); Lucena (Jornada 17, 3-1); Cartagena (Jornada 18; 1-1); y Sevilla Atlético (Jornada 31, 3-1).

Santi Villa, de récord

Santi Villa, que también marcó ante el Sevilla Atlético, el que abría la lata, y es el máximo goleador blanco en 2015, es el segundo en la lucha por ser el pichichi blanco. Acumula siete dianas. Lleva 88 encuentros de blanco (33 triunfos, 32 empates y 23 derrotas), con doce tantos en liga y 18 pases de gol. Esta campaña se está moviendo en sus mejores cifras, después de lograr seis tantos en total en su primer año en el Real Jaén entre liga y Copa, algunos tan trascendentales como el de la victoria ante el Cartagena, clave a la postre para ser campeón de grupo y ascender.

Su mejor temporada goleadora la tuvo con el Orihuela, donde además se encargaba de lanzar todos los penaltis y faltas (este año ha marcado una pena máxima, pero otras las han lanzado Montero o Urko Arroyo), marcando 13 goles. Con el Cacereño también alcanzó una campaña las ocho dianas.

Completan la lista de goleadores del Real Jaén en lo que va de campaña Sergio Molina con cuatro, Óscar Quesada y Sutil con tres tras el del sábado, y Jaime Astrain y Pedrito con dos.