Entrenador nuevo sí, pero ni rastro de la victoria segura. El debut de Rafael Berges en el banquillo del Real Jaén se ha esfumado esta tarde con sensación de ‘déjà vu’, de ya visto, sin hacer bueno el dicho pese a que el destino había facilitado la tarea con la suspensión del partido en Carranza y enfilado la victoria con un tanto madrugador. Al final fue un espejismo. La afición acabó desencantada, con gesto cansado y hasta desorientada, sin blanco para sus iras. UCAM Murcia y Cádiz se van en la tabla (a doce puntos con un partido más y ocho, respectivamente) y eso no es lo peor. Lo realmente malo es que el equipo no funciona. Berges tiene trabajo.
Buena parte del choque transcurrió por el guion habitual de esta campaña, pese al nuevo director y algún actor debutante. El efecto del cambio de míster resultó efervescente, durando unos veinte minutos. Después se difuminó la escuadra blanca (uno de sus males habituales en este ejercicio), no cerró el partido cuando pudo y acabó yendo al frente casi sin ideas.
A los cinco minutos Santi Villa hacía el primer gol del Real Jaén en 2015. El linarense y uno de los tres capitanes remachaba a la red un pase de la muerte al segundo palo de Sergio Molina después de una buena acción colectiva. Fede en un balón rozando el palo y después en un cabezazo tuvo a continuación el dos a cero. El propio Villa dispuso de otra buena ocasión desde la frontal lanzando cerca del poste izquierdo después de una larga jugada de los blancos.
El equipo mostraba mayor dinamismo arriba que otras tardes ante un filial superado. Tras los primeros veinte minutos lo mejor para el conjunto verdiblanco era el resultado. Sergio Molina participaba más en la construcción del juego y Pedrito se descolgaba como enganche, con Joel y Santi Villa en las alas. Cualquier posible terreno ganado por la ilusión de la juventud había sido devorado por el calambre que supone un nuevo jefe. El público, que empezó como la temperatura ambiente, se calentó, pero no como otras tardes. Eran tiempos de vino y rosas, sin saber aún que aguardaban las espinas y la resaca.
El Real Jaén se fue espesando con el paso de los minutos y el Betis B respiró. Hizo su partido el filial, mantuvo cierto orden y no se descompuso. Hasta contó con una acción notable antes del descanso que desbarataron entre Toni García, de nuevo titular tras diez jornadas fuera el veterano portero, y los centrales blancos.
La segunda parte empezó como el ambiente, frío. El Real Jaén se dejó llevar, aunque parecía que le bastaría con ello. El goleador Santi Villa rozó el segundo gol, cuando voló y cabeceó a la base del poste. Pero no, llegó el palo. Álvaro batía a Toni García ante la pasividad defensiva de los blancos y ponía las tablas mediada la segunda parte. Casi al instante de nuevo se tropezaba con la madera el Real Jaén.
Entraron el recién llegado fichaje invernal, el medio Borja Prieto, Sutil y el canterano Jesús Sánchez, que poco cambiaron. Recordamos entonces, ya sin tiempo, las bajas, el músculo del sancionado Fran Miranda, la chispa de Brian, el jugador más en forma de los últimos tiempos, y la altura del pichichi blanco Álvaro Montero, con problemas físicos de última hora. No es nada nuevo: siempre se recuerda a los que no están como a los años mozos, mejores de lo que realmente fueron.
Así acabó el partido, con un quiero y no puedo. Lo bueno es que queda mucho y hay mimbres y margen de mejora, además de un mercado invernal que sigue abierto por si acaso. Toca mirar en cualquier caso al partido a partido, no por afecto al renovado clásico, sino porque cualquier otra meta más a largo plazo es una utopía ahora mismo. El domingo a las 12:00 horas el Arroyo, buena hora para despertar.
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